Los novios. |
El pasado 17 de este mes, tuve la suerte de asistir a un acontecimiento que realmente valió cada uno de los segundos que los anfitriones y los invitados invertimos.
Resulta que unos no tan viejos amigos decidieron unir sus vidas (espero para siempre) y hacerse los votos matrimoniales. Para esto recurrieron a especiales estrategias y nos obligaron viajar 156 kilómetros hacia el norte del país (lo cual hicimos con especial agrado). Específicamente al hotel Montaña del Quetzal en Purulha, Baja Verapaz, lugar que en verdad se los recomiendo. Lleno de bellezas naturales y excelentes ambientes.
Allí montaron sin tanto aspaviento un evento digno de los Q.32.95 que pagamos por cada galón que se consumieron los 312 kilómetros. Sin tanta opulencia y elegancia (pero si lleno de especiales y delicados detalles) nos convidaron a compartir un bello y especial momento el cual guardaremos entre los más gratos recuerdos mientras no nos llegue el alemán. (AlzHeimer).
Esta pareja decido tomar tan magno compromiso movidos exclusivamente por el amor que los une ya que habían decidido compartir sus vidas mucho tiempo atrás y pues este paso que dieron no fue más que una re afirmación de tan bello sentimiento.. Esto me atrevo a decirlo porque los votos matrimoniales que se ofrecieron el uno al otro fueron sin lugar a dudas… los…. los…. los votos matrimoniales. Fue tan bello como un sencillo SI ASEPTO (dijo en novio) y cuando le toco el momento a la novia, la emoción la embargo tanto que ese sencillo SI ASEPTO se convirtió en un silencio tal que en la mente de todos los invitados nos resonó como música.
Estoy seguro mis queridos hoy Señor y Señora Lemus que seguirán siendo bendecidos así como yo lo he sido con su amistad.
Mi cariño y admiración por siempre.
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