Como todas, tardísimas las madres del mundo, la mi fue, sigue siendo y siempre será la mejor.
Este es un sentimiento que podemos expresar con mayor énfasis los adultos que con el pasar de los años vamos apreciando y entendiendo el porqué de muchas cosas: permisos dados o no, nalgadas, regaños, consejos, etc. se nos hayan dado en su momento o no dependiendo el caso. Por muy furiosos o alegres que en ese momento nos hayamos puesto, hoy seguramente siendo padres (aunque no necesariamente) entendemos el porqué de uno o del otro.
Yo tuve la suerte de ser hijo de una madre que sobresalió en su profesión tanto profesional como familiar y dejo alguna huella en su andar por este mundo. Lastimosamente nos dejo cuando apenas tenía 51 años y yo su hijo menor 22. Envidio a mis 4 hermanos mayores porque tuvieron mucho más tiempo para disfrutar su compañía y sus enseñanzas. Sin embargo soy lo que soy en un alto porcentaje a sus consejos y agradezco infinitamente todo lo que me enseño aunque hubiese querido tenerla más tiempo para compartir y aprender mucho mas de ella. No digamos el que mis hijos hubiesen podido conocerla y aprender, ya que con ella el solo convivir era un aprender.
El próximo domingo 11 se cumplen 31 años que paso a ser una eterna luz. Esto lo digo y pienso porque según lo manifestó en uno de sus más relevantes poemas era su sentir. Poema el cual les comparto y espero sea de su agrado.
Te amo madre y como todos los hijos amare a mi madre por siempre.
Sed de Vivir
Tengo un ansia irresistible de vivir
De vivir en armonía con lo eterno.
Tengo un ansia irresistible de Vivir, no de gastar mi efímera existencia.
No quiero ser el pobre peregrino que vive sus afanes y encuentra al final de su camino el mentido descanso de la muerte.
No quiero ser la flor que se marchita
Yo quiero ser su esencia y su perfume.
No quiero ser el pájaro que canta
Yo quiero ser su canto.
No quiero vivir a la luz de las estrellas
Quiero ser esa vida y esa luz.
No quiero medirme por espacio y por tiempo.
Quiero vibrar enteramente en lo infinito.
Pero, mientras las redes del amor me aprisionan en esta limitada forma y en este ilimitado tiempo, quiero hacer de mi efímera existencia, un efímero existir y un intenso vivir de la conciencia.
Tengo un ansia irresistible de vivir
De vivir en armonía con lo eterno.
Yo no seré un naufrago en el puerto, pues cuando al fin termine esta jornada, no encontrare el vacio de la nada, si no en los brazos de la madre-muerte, la luz radiante de la vida y el halito de amor que me libere.
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