jueves, 3 de enero de 2013

Un año más.


Mañana  4 de enero cumplo otro año el cual se suma al rimero que he venido acumulando desde hace ya algunas décadas. Revisando las efemérides del 4 de enero, no veo ningún otro acontecimiento más importante que la conmemoración de mi natalicio. En este caso el 53.
Pues como todos tengo muchísimo que agradecer a Dios y la vida por miles de bendiciones que he recibido en estos años. Ponerme a enumerarlas sería un gran error porque todas y cada una de ellas fueron en su momento lo mejor que pude haber recibido y las que no eran lo que esperaba, también fueron bien recibidas (aunque tal vez de mala gana) mientras entendí el beneficio que para mi vida y los míos significaba.
Sin embargo no quiero dejar de recordar y agradecer:
A los 16 conocí a Luis Fernando Barillas. Amigo incondicional desde entonces. Muchos dicen tener mil amigos o conocidos. Yo tengo uno físico. Gracias Luichi por tu amistad.
A los 20 conocí a la madre de mis hijos. Persona a quien aun sigo admirando y respetando. Te agradezco los años compartidos y por supuesto a mis hijos.
A los 22 años quede prácticamente huérfano. Falleció mi señora madre y no me quedo más que madurar. Gracias madre por la vida y gracias Dios por ella.
A mis 28 años nació mi hija Suseth, guaaaaau que sensación más maravillosa ser padre por primera vez. Y la hija que me toco.    Hoy ya una  doctora y cirujana  llena de sueños y dotada de una autosuficiencia seguramente envidiable por muchos. Te amo Susy.
A mis 30 nació mi hijo Jose Gabriel, UN VARON.  Me ha dado cualquier cantidad de satisfacciones y en su proceso de maduración….   cada vez mejor. Gracias hijo por ser tú y sigue así en el camino que llevas. Estoy seguro será de muchas satisfacciones para ti y por supuesto para mí.
A los 46 tuve la dicha de que me adoptara una nueva madre. Mi tía Gilda (hermana de mi mamá).  Que suerte la mía. En verdad tener la suerte de encontrar una persona que supla el lugar de la madre y quererla como tal, es una real bendición.
A los 50 como buen macho, macho, machoman me volví a casar. Diosito me mando un ángel al cual amo cada día un poquito más y a quien doy gracias por su amor incondicional pese a mis penurias profesionales y de salud. (Aun no me estoy muriendo que conste). Gracias Vanessa por tu amor.
Pero no puedo concluir esta sin dejar de mencionar  familiares y personas que han marcado mi vida y por ellos soy lo que a Dios gracias soy.
Mis hermanas Miriam y Margarita Castroconde. Sin su apoyo y amor seguro mis caminos fueran otros. Jorge Boburg; sin duda alguna el formador de mi carácter. Vinicio Lopez; hermano y amigo de por vida. Jessica Castroconde, mi sobrina / hija, ejemplo de vida y entrega. El grupo juvenil Nueva Generación en su concepción y los que lo integraron,  amigos de juventud con quienes aprendí el valor de la amistad. Y a todos, todos y cada uno de los personajes que algo me han dejado o con los que algo he compartido que son y serán parte de mi esencia. Por ejemplo cosas tan importantes como el ritmo con que me enseño Leonel Alonso (el canchón) a trabajar como vendedor de calle o Carlos Rodas a quien agradezco la primera frustrante oportunidad de un trabajo empresarial. Y no puedo dejar de agradecer a la Lily Diaz, compañera y eterna amiga (porque vaya que ya esta eterna) quien fue mi verdadera primera amiga de trabajo y sin lugar a dudas mi madre putativa. Y por supuesto a mi amiga / hermanita Miriam E. Ozaeta, quien con sus cuidados y amor me mantiene vivo.
Pero sobre todo a ti apreciable amigo que lees este montón de buenos recuerdos.

Revisando el contenido de esta pareciera que me estoy despidiendo porque se aproxima el fin de mis días. Pero NO. Lo que inicia es el relato de mi nueva vida porque a partir de este año, en cada una de estas fechas mientras viva, escribiré un tanto de lo que me ha tocado vivir. O sea usted se acaba de enterar en unas cuantas líneas de mis mejores años. Ahora cada 4 de enero le contare como iré acumulando más agradables momentos.

Y a propósito, gracias por sus deseos y felicitaciones.

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