sábado, 26 de enero de 2013

A Don Rafa Cartagena (Porque tuve el gusto de conocerlo)


Seguramente habremos miles de locos que nos gusta escribir y agradecemos a quienes se toman la molestia de leer las cosas que se nos ocurren. A veces nos inspira una buena noticia en los medios y otras muchas veces noticias no tan buenas. Sin lugar a dudas lo que más nos motiva son los desaciertos políticos y tratamos al escribir de descargar nuestras frustraciones al respecto.  Pero cuando lo que nos mueve es el deceso de alguna persona a la que queremos, admiramos o sencillamente fue parte de nuestras vidas, la cosa se vuelve mucho, mucho más difícil.

Don Rafa. Enero del 2006

Y eso es lo que hoy  me mueve a quitarles el tiempo con mi sentir. Sucede que el 24/01/13 falleció mi muy querido y apreciado DON RAFAEL CARTAGENA MONTOVAN. Personaje como todos los seres humanos que se esforzó por ser un ganador en su ramo, un buen familiar y ante todo un devoto católico.
Por los azares de la vida (o mejor dicho, los designios de Dios) tuve la suerte de conocerlo en 1,980 justo el año en que le toco celebrar sus 50 años de vida y yo andaba por los 20. Recuerdo que (según sus hijas),  la primera impresión que le cause no fue la mejor, tal que se refirió de mí como “peludo y mal aparente”  o algo así. Sin embargo con el tiempo tuvimos la oportunidad de compartir muchos y muy, pero muy buenos momentos. Largas noches reparando algún componente electrónico de mi carro o sencillamente hablando de aviones de la fuerza aérea guatemalteca, tema que a ambos nos fascinaba.
Pero esas eran sencillamente trivialidades porque mientras hablábamos tuve la suerte de aprender de él un sin número de conceptos de vida, tanto con sus comentarios como con su ejemplo de vida, sean estos buenos o malos, sencillamente me mostro que siempre existen más de dos vías que me llevarían al mismo destino. La decisión era del que anduviese por ese camino y por supuesto, responsable de su decisión. También aprendí a usar la llave del cangrejo correctamente y conocí el rachet (herramienta para quitar o apretar tuercas). Aprendí que hay que estar en paz con Dios y no solo con uno mismo. Aprendí a limpiar las bujías de un carro y a calibrar los platinos.  Pero también aprendí que hay que estar en gracia con el suegro para estar en gracia con la novia.
Aprendí don Rafa. Aprendí mucho y le agradezco todas sus enseñanzas y ante todo su amistad y comprensión  porque a pesar de los muchos y seguidos desvelos que Rosa Maria y yo pudimos haberle causado cuando fuimos novios, nunca recriminó falta alguna que no fura merecida. Le agradezco la confianza, amistad y ante todo, el  aprecio que siempre (a pesar del alejamiento que tuve de su núcleo familiar) me mostro. Nunca olvidare la navidad del 2007 que en ingles me dijo por teléfono: “SE LE EXTRAÑA GABRIEL”. Tarde 72 horas en asimilarlo.
Muchos dirán que ahora hay un ángel menos en la tierra. Yo creo que ahora hay un ingeniero  más en el cielo que ayudara a reparar todos los defectos de construcción que hay en el paraíso.
Mi respeto, admiración y cariño por siempre.

jueves, 3 de enero de 2013

Un año más.


Mañana  4 de enero cumplo otro año el cual se suma al rimero que he venido acumulando desde hace ya algunas décadas. Revisando las efemérides del 4 de enero, no veo ningún otro acontecimiento más importante que la conmemoración de mi natalicio. En este caso el 53.
Pues como todos tengo muchísimo que agradecer a Dios y la vida por miles de bendiciones que he recibido en estos años. Ponerme a enumerarlas sería un gran error porque todas y cada una de ellas fueron en su momento lo mejor que pude haber recibido y las que no eran lo que esperaba, también fueron bien recibidas (aunque tal vez de mala gana) mientras entendí el beneficio que para mi vida y los míos significaba.
Sin embargo no quiero dejar de recordar y agradecer:
A los 16 conocí a Luis Fernando Barillas. Amigo incondicional desde entonces. Muchos dicen tener mil amigos o conocidos. Yo tengo uno físico. Gracias Luichi por tu amistad.
A los 20 conocí a la madre de mis hijos. Persona a quien aun sigo admirando y respetando. Te agradezco los años compartidos y por supuesto a mis hijos.
A los 22 años quede prácticamente huérfano. Falleció mi señora madre y no me quedo más que madurar. Gracias madre por la vida y gracias Dios por ella.
A mis 28 años nació mi hija Suseth, guaaaaau que sensación más maravillosa ser padre por primera vez. Y la hija que me toco.    Hoy ya una  doctora y cirujana  llena de sueños y dotada de una autosuficiencia seguramente envidiable por muchos. Te amo Susy.
A mis 30 nació mi hijo Jose Gabriel, UN VARON.  Me ha dado cualquier cantidad de satisfacciones y en su proceso de maduración….   cada vez mejor. Gracias hijo por ser tú y sigue así en el camino que llevas. Estoy seguro será de muchas satisfacciones para ti y por supuesto para mí.
A los 46 tuve la dicha de que me adoptara una nueva madre. Mi tía Gilda (hermana de mi mamá).  Que suerte la mía. En verdad tener la suerte de encontrar una persona que supla el lugar de la madre y quererla como tal, es una real bendición.
A los 50 como buen macho, macho, machoman me volví a casar. Diosito me mando un ángel al cual amo cada día un poquito más y a quien doy gracias por su amor incondicional pese a mis penurias profesionales y de salud. (Aun no me estoy muriendo que conste). Gracias Vanessa por tu amor.
Pero no puedo concluir esta sin dejar de mencionar  familiares y personas que han marcado mi vida y por ellos soy lo que a Dios gracias soy.
Mis hermanas Miriam y Margarita Castroconde. Sin su apoyo y amor seguro mis caminos fueran otros. Jorge Boburg; sin duda alguna el formador de mi carácter. Vinicio Lopez; hermano y amigo de por vida. Jessica Castroconde, mi sobrina / hija, ejemplo de vida y entrega. El grupo juvenil Nueva Generación en su concepción y los que lo integraron,  amigos de juventud con quienes aprendí el valor de la amistad. Y a todos, todos y cada uno de los personajes que algo me han dejado o con los que algo he compartido que son y serán parte de mi esencia. Por ejemplo cosas tan importantes como el ritmo con que me enseño Leonel Alonso (el canchón) a trabajar como vendedor de calle o Carlos Rodas a quien agradezco la primera frustrante oportunidad de un trabajo empresarial. Y no puedo dejar de agradecer a la Lily Diaz, compañera y eterna amiga (porque vaya que ya esta eterna) quien fue mi verdadera primera amiga de trabajo y sin lugar a dudas mi madre putativa. Y por supuesto a mi amiga / hermanita Miriam E. Ozaeta, quien con sus cuidados y amor me mantiene vivo.
Pero sobre todo a ti apreciable amigo que lees este montón de buenos recuerdos.

Revisando el contenido de esta pareciera que me estoy despidiendo porque se aproxima el fin de mis días. Pero NO. Lo que inicia es el relato de mi nueva vida porque a partir de este año, en cada una de estas fechas mientras viva, escribiré un tanto de lo que me ha tocado vivir. O sea usted se acaba de enterar en unas cuantas líneas de mis mejores años. Ahora cada 4 de enero le contare como iré acumulando más agradables momentos.

Y a propósito, gracias por sus deseos y felicitaciones.